«Hay un par de maneras de considerar una tarea aparentemente insuperable,» dice Ben Marcovitz «Una es que te agota y te abruma. La otra es que te inspira y emociona.»
Marcovitz, el fundador de la Sci Academy, una espectacular preparatoria para la universidad en Nueva Orleáns, es claramente de persuasión inspiradora y emocionante.
Producto de una educación de élite de la costa este, y de períodos de enseñanza en Boston, DC, y Nueva Orleáns, Marcovitz ha visto una variedad de escuelas de alto rendimiento, incluyendo muchas que se centran en estudiantes con bajos ingresos o de minorías étnicas. Pero pocas de estas escuelas prestan servicios a estudiantes de preparatoria.
Así que Marcovitz fundó la Sci Academy en 2007, con una misión que él llama «un verdadero desafío». La Sci Academy no cuenta con una escuela proveedora. Sus estudiantes proceden de escuelas de todo Nueva Orleáns, y a menudo empiezan el noveno grado cinco años por detrás del nivel de grado. La misión de la escuela: que cuatro años más tardar se gradúen y esté listos para la universidad.
«Hay muchos prejuicios étnicos, socio-económicos y de otro tipo que la gente experimenta cuando piensan en niños mayores, y no saben que lo están experimentando,» dice Marcovitz. Él quería cambiar esto.
De la primera promoción de la escuela, sólo un tercio fueron competentes en los exámenes estatales de octavo grado. Cuatro años más tarde, más del noventa por ciento fueron aceptados en universidades que otorgan títulos de cuatro años.
«La Sci Academy me enseñó que la universidad era posible», dice Micah Theodore, un estudiante de último año que empezó con un nivel de lectura de sexto grado y que ahora es finalista para la prestigiosa beca de la Fundación POSSE. «Nunca asistí a una escuela que me haya impulsado tanto.»
Las conversaciones vuelven continuamente al tema de la universidad. Cuando un estudiante hace un comentario inapropiado, Marcovitz le pide que imagine cómo sería recibido en una clase universitaria. Los estudiantes tienen más trabajo y son calificados más rigurosamente que sus amigos de otras escuelas, y saben que es para asegurarles una buena preparación para la universidad.
El personal y los estudiantes en la Sci Academy comparten un lenguaje común. «Esfuerzo» y «excelencia» son conceptos clave de su vocabulario. «Inteligente» no lo es, porque la escuela premia el crecimiento por encima de las habilidades innatas.

**Datos de inscripción del Centro Nacional para Estadísticas Educativas. Datos de escuelas públicas CCD, año escolar 2013-2014. Recuperado el 11.12.15 en www.nces.gov. Datos de inscripción del sitio web de la Sci Academy recuperados 11.13.15 en http://collegiateacademies.org/index.php/our_schools/schools/
En parte, este lenguaje es la consecuencia inevitable de contratar a personas que creen que la misión de la escuela es real y necesaria, y que transmiten esta opinión a sus estudiantes. Aidan Kelley se unió a la Sci Academy hace cuatro años como maestro de inglés y ahora es Decano de Currículo e Instrucción. Él recuerda sus conversiones iniciales con Marcovitz no como una prueba de aptitud sino como una transmisión de su creencia sincera en la misión de la escuela – es decir, su creencia que todos los estudiantes pueden acceder a la universidad.
Al mismo tiempo, la misión se refuerza con el lenguaje. Tras incorporarse al personal, Kelley asistió a una sesión de orientación en la que aprendió mantras como «persigue la perfección, atrapa la excelencia» y «cuando uno tiene éxito, todos tenemos éxito». «Hacia el final, ya podíamos usar el mismo lenguaje que los maestros recurrentes», dice Kelley. «Y esto era importante porque los niños lo esperaban».
La clave de todo esto no es que la escuela tenga una buena misión, explica Marcovitz, sino que se impulsa por una. La escuela contrata a maestros que se sienten inspirados por su misión. Juntos, conectan esa misión con todo lo demás, desde las decoraciones de las aulas hasta la política de los servicios sanitarios. «Nuestra misión es nuestro mapa de ruta» dice Marcovitz » pero también es nuestra gasolina».
Este artículo es parte de nuestro informe, «Cómo escuelas de primera categoría dan buenos resultados para todos sus estudiantes», que incluye nuestro marco de referencia delineando seis prácticas clave que impulsan el éxito de las escuelas de alta calidad. Explora el informe para leer más perfiles escolares que muestran cómo se ven estas prácticas en la acción.

